En los últimos años muchas asociaciones y entidades han denunciado la situación de esta raza que, por su velocidad y su privilegiada vista, ha sido la preferida para el mundo de la caza. Sin embargo, cuando estos galgos se hacen mayores o pierden su efectividad son abandonados o incluso sacrificados.
Por este motivo, el 1 de febrero, cuando termina oficialmente la temporada de caza, se conmemora el Día Mundial del Galgo. Una fecha que sirve para denunciar el pasado y la difícil situación que ha padecido esta especie.
Y es que el galgo es uno de los perros más leales, cariñosos, sociables y, sobre todo, ¡perezosos! Pueden pasarse horas y horas durmiendo y es una raza de lo más tranquila, aunque por su velocidad pueda parecer lo contrario.
Antes de adoptar un galgo
Como decíamos, aunque el galgo sea muy veloz y disfrute corriendo, no es una raza especialmente activa. De hecho, es un animal ideal para tener en un piso ya que no necesita un gran espacio para vivir ni una casa con jardín y es perfecto para la convivencia con niños.
De todas formas, si estás pensando en adoptar un galgo, debes conocer muy bien su historia y su pasado. Si ha sufrido abandono o maltrato, requerirá de unos cuidados especiales, de más atención y un poco de paciencia.
Para ello, es importante que consultes con la entidad de acogida ya que conocen profesionales y veterinarios, que te informarán y asesorarán sobre el adiestramiento más adecuado y cómo se puede adaptar el perro en función del adoptante.
Además, hay que saber que el galgo es un animal con muy poca grasa corporal y pelo corto, por lo que siente más el frío que otras razas. Es aconsejable ponerles un abrigo para la lluvia y las bajas temperaturas y no es apto para vivir en el exterior.
Asociaciones como Galgos 112, SOS Galgo o ACUNR trabajan desde hace muchos años para que cada proceso de adopción se haga con plena conciencia por parte de quien acoge un perro de esta raza, dando mucha información previa y estudiando cada caso.