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A mi perro le suenan las tripas y está inquieto, ¿Qué hacer?

A todos nos ha sonado la tripa alguna vez en momentos inoportunos. Y es que el hambre no espera, ya lo dice el refrán. ¡Y tampoco lo hacen nuestras mascotas! Porque sí, los ruidos en la barriga también pueden formar parte del día a día de tu perro. ¡Es normal!

Por eso, si has llegado a este post pensando “a mi perro le suenan las tripas, ¿qué le pasará?”, puedes estar tranquilo. En muchos casos, esos ruidos forman parte de la digestión normal del aparato digestivo del animal.

Aun así, si a tu perro le suenan las tripas y está inquieto, es conveniente que entiendas qué hay detrás para actuar a tiempo si de verdad hace falta. En este post, te explicamos las posibles causas y cómo puedes actuar si tu perro presenta síntomas de malestar estomacal.

¿Es normal que a mi perro le suenen las tripas?

“¿Por qué le suenan las tripas a mi perro? ¿Es normal eso?” En realidad, sí. Esos ruidos tienen nombre, borborigmos, y aparecen cuando el alimento, los líquidos y el gas se mueven por el intestino gracias a la motilidad.

Igual que a nosotros, a nuestros perros les puede sonar más la tripa cuando están con el estómago vacío o tras haber comido muy rápido y tragado aire, tu perro puede experimentar malestar estomacal.

También es habitual oírlos después de un cambio de horario en las comidas, un paseo largo o si su dieta tiene más fibra de la cuenta. Mientras tu peludo esté tranquilo, coma y haga vida normal, suele ser parte de una digestión saludable.

Por qué mi perro tiene ruidos estomacales: causas habituales

Como decíamos, la mayoría de veces, el hecho de que a tu perro le suenen las tripas se debe a factores cotidianos y benignos. Aun así, vamos a ver cuáles pueden ser las causas más habituales:

  • Estómago vacío o ayuno nocturno. Si a tu perro le suenan las tripas de noche o por la mañana, no te preocupes. ¡Es lo más habitual después de varias horas sin comer!
  • Comer muy rápido (aerofagia). Si traga aire, se forman gases y su intestino emite ruidos. Y también puede tragar ese aire al jadear o masticar juguetes, especialmente las razas braquicéfalas.
  • Cambios de horario o raciones. Retrasar la cena, adelantar el desayuno o variar su cantidad de comida altera la motilidad de tu peludo. Aquí te explicamos cuántas veces al día come un perro para que encuentres el reparto que mejor le sienta.
  • Cambio brusco de alimento. Pasar de un pienso a otro sin transición puede generarle más gas y borborigmos. Además, las dietas con mucha fibra o ingredientes fermentables favorecen esos conciertos intestinales en el abdomen de tu perro.
  • Ejercicio y excitación. Un paseo largo o jugar justo antes o después de comer activa el peristaltismo en el abdomen de tu perro.
  • Estrés o ansiedad. Las visitas inesperadas, los viajes, las tormentas… y todo lo que pueda poner nervioso a tu fiel compañero puede hacer que su sistema digestivo se acelere.

A mi perro le suenan mucho las tripas: signos de alarma

¿Cuándo deberías ponerte serio y preocuparte? Si tu caso es alguno de los siguientes:

  • A mi perro le suenan las tripas y le duele. Si su barriga está tensa y se queja cuando la tocas, eso quiere decir que tiene dolor abdominal. ¡Será mejor que acudáis al veterinario!
  • A mi perro le suenan las tripas y no come. Si rechaza la comida durante más de 12 o 24 horas seguidas, esa falta de apetito es una señal de alerta que debe valorar un profesional.
  • A mi perro le suenan las tripas y tiembla. Los temblores, la apatía o incluso la fiebre también son signos de alarma.
  • A mi perro le suenan las tripas y tiene diarrea.  Si el episodio dura más de 24 horas o en la diarrea hay sangre o moco y viene acompañada de vómitos, tu perro necesita una consulta veterinaria para descartar gastroenteritis.

¡Ojo! Cuando los ruidos intestinales son muy fuertes y continuos, la barriga está hinchada y dura o hay arcadas, ¡debes ir a urgencias sin esperar!

¿Qué hacer si a mi perro le suenan las tripas?

  • Obsérvalo y ajusta sus comidas. Durante 24 horas, toma nota de cuándo suenan (¿de noche? ¿por la mañana?). Ofrécele 3 o 4 raciones pequeñas de comida en vez de una grande. Y procura que siempre tenga agua disponible, ¡y que se la beba con calma y a sorbitos!
  • No lo mediques por tu cuenta, ya que un tratamiento adecuado es crucial. Ni antiinflamatorios ni protectores gástricos sin pauta veterinaria. El omeprazol para perros, por ejemplo, solo debe usarse bajo prescripción médica.
  • Ten presente la lista de alimentos tóxicos para perros. Evítalos siempre, ¡más vale prevenir que curar!

Tu tranquilidad cuando hay problemas digestivos: nuestro seguro veterinario

Los problemas digestivos aparecen sin avisar y, muchas veces, fuera de horario. Por eso es tan conveniente contar con una buena póliza, como el seguro veterinario o el seguro de médico para perros que te ofrecemos en Kalibo. Así tu peludo siempre estará protegido, ¡y tu bolsillo también!

Si a tu perro le suenan las tripas y está inquieto, no te lo pienses más. ¡Echa un vistazo a nuestras pólizas y llámanos para garantizar su bienestar!

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